Considero que independientemente de lo que que haya ido mal en nuestras vidas, de lo oscuro que haya sido el camino, de lo desoladora que haya sido la experiencia; todas las personas tenemos la capacidad de sanar, cambiar y crecer. Disfruto acompañando a las personas en estos procesos.
Soy hijo de migrantes y desde pequeño desarrollé un gusto especial por la naturaleza, tuve la suerte de participar varios años en el movimiento scout, lo que marcó mi infancia y adolescencia. Mi familia y mi educación escolar me animaron a interesarme en acompañar a otros seres humanos en momentos difíciles. Por eso, he dedicado gran parte de mi vida a la mejora de la educación y al trabajo con grupos vulnerados.
Tengo seis hijos, un perrito, una gatita y una compañera de vida. Resido en la ciudad de Guatemala. Me encanta compartir con la familia y con los amigos. Mi camino como practicante del budismo Zen (meditación no religiosa) ha sido muy valioso e importante en mi vida.
Me apasiona leer y aprender, por eso he estudiado varias cosas a lo largo de mi vida: dos licenciaturas, una en psicología clínica y otra en educación intercultural; tres especializaciones: una en mediación pedagógica, otra como director de psicodrama (es una metodología muy efectiva para trabajar la salud mental con grupos) y otra en psicoterapia cognitivo conductual integrativa. Además, tengo un doctorado en educación.
Considero que la terapia psicológica es una herramienta fundamental para ser y vivir mejor. Valoro la experiencia acumulada por las personas, por ese motivo fundamento mi trabajo en enfoques basados en evidencia; es decir, corrientes, técnicas y métodos que han demostrado, luego de años de investigación rigurosa, que sí funcionan y que son efectivos para atender determinados problemas y ayudar a las personas a crecer.
Es un espacio para que puedas comprender mejor lo que sientes, lo que piensas y lo que haces; y, a part ir de tus valores, puedas aprender habilidades para gestionar mejor la relación contigo mismo/a y las relaciones con las demás personas. Además de superar los problemas y sanar las heridas, nos enfocamos en tener una vida que valga la pena ser vivida. Este proceso puede ser presencial o virtual.
Se trata de un proceso que permite explorar, entender mejor y, a veces, reparar la relación de pareja, para establecer nuevas maneras de vincularnos y convivir mejor. Pienso que la relación de pareja es muy importante en nuestra vida, por eso estoy convencido de que vale la pena trabajar en lograr que sea fuente de apoyo mutuo y bienestar. Este proceso puede ser presencial o virtual.
De 12 años en adelante. La adolescencia es una etapa compleja y determinante en la vida de las personas, llena de retos y oportunidades. Con un enfoque fresco y dinámico, la terapia permite desarrollar habilidades y acompañarte para afrontar mejor cada circunstancia, gestionar tus emociones y actuar según tus valores para alcanzar una vida significativa. Este proceso puede ser presencial o virtual.
Un proceso terapéutico efectivo puede durar dos meses o tres años. Esto depende de la problemática de cada persona o de la pareja misma y de la profundidad a la que cada persona quiera llegar: por ejemplo, mejorar síntomas específicos o sanar heridas de la infancia. Las sesiones son una vez por semana (a menos que se necesiten más sesiones durante algunas semanas). Duran 50 minutos las sesiones individuales y las de pareja o familiares 90 minutos.
¿En qué consiste la terapia? Se trata de un espacio seguro para conversar y explorar a nivel interno lo que estás sintiendo, pensando o viviendo, a fin de comprender mejor tu experiencia y aprender habilidades o estrategias para hacer los cambios que decidas hacer, en función de tus dificultades, tus valores y tus metas.
Mi enfoque es integrativo, esto quiere decir que utilizo los conocimientos de distintas corrientes psicológicas como el psicoanálisis, la terapia cognitivo conductual, las terapias de tercera generación (en especial la Terapia Dialéctico Conductual) y el humanismo existencial, para ofrecer a cada persona un acompañamiento acorde a sus dificultades, a sus recursos y a sus metas. Mi enfoque es sensible al trauma, lo que significa que trabajo con especial cuidado las heridas de la infancia. También estoy comprometido con el respeto y valoración de la diversidad cultural y la diversidad sexual.
Atiendo distintos tipos de problemas o trastornos relacionados con el manejo de emociones y sentimientos, como la ansiedad, el miedo o la fobia, el estrés agudo o el estrés postraumático complejo, la depresión, el suicidio y los que se conocen como trastornos de personalidad, que son formas de ser que nos impiden tener la vida que deseamos. También apoyo a las personas a cambiar las conductas que les generan problemas importantes, como pueden ser la agresividad, el aislamiento social, el consumo de sustancias y las relaciones difíciles con la comida.
Es muy importante que tengas un teléfono inteligente o una computadora con cámara, ya que es indispensable trabajar por videollamada. Necesitas una conexión a internet estable, así como un espacio privado y seguro dentro de tu casa u oficina, donde puedas hablar con toda confianza, sin temor a que otras personas te interrumpan o escuchen.